Hola de nuevo, pues aquí como siempre de hablador, en esta ocasión hablaremos del malestar mexicano que provoca un invento de gran impacto en nuestras vidas, si señores los Programas Televisivos.
Como bien sabemos (y vemos) esa pequeña cajita compuesta de muchos cablecitos, tarjetas electrónicas y no se que más se ha convertido en un integrante más de nuestras familias, un miembro que no debe faltar puesto que juega un papel muy importante en nuestra rutina, tan prioritario que si fuera humano jugaría dentro del núcleo familiar un rol tan elemental como el de los padres (esto ya no es un supuesto “PIENSA”).
En fin, la televisión es un moderno medio de comunicación que las casas emisoras y el comercio han sabido aprovechar y explotar, lanzando a la venta artículos innecesarios a través anuncios enfocados a llegar al inconsciente humano para decirle que apesta (acuérdate que eres lo que comes) o que tener un auto último modelo te hará estar al alcance de todo, haciendo que tu vida sea menos miserable. Nos muestran programas estúpidos, tan estúpidos que esa misma estupidez nos idiotiza, nos envuelve y nos pierde en un mundo lleno de absurdez y de estereotipos falsos (las novelas por ejemplo) que son el ejemplo a seguir de miles de chamaquitos pubertos.
Dentro de la inmensa lista que conforma el repertorio televisivo incluyendo la transmisión por cable existen programas educativos y culturales pero en comparación con los programas de espectáculo o los llamados reality show que cada vez van para bajo su reating es muy bajo.
Recordemos a “Guía de Padres”, un programita donde un montón de desconocidos daban ejemplos sobre como educar a nuestros retoños, ¿Quiénes se creen para decirnos cómo diablos instruir a nuestros chamacos? Efectivamente nadie tiene derecho a hacerlo pero desafortunadamente no somos capaces de reconocer que como padres tenemos innumerables errores que contradicen y ponen en juego nuestra autoridad (aclaro, soy soltero aún…), el punto es que como grandes ejemplares mexicanos nos fijamos siempre en lo negativo más no en los aspectos positivos que el programa puede llegar a tener siendo que éste trata de concientizar a la sociedad sobre el problema que implica la falta de atención hacia nuestros hijos; sin embargo para todos es preferible sentarse “un buen rato” frente al televisor y observar lo que hacen un montón de inútiles detrás de una cámara.
En fin, el hecho es que estamos tan mal acostumbrados que en lugar de disfrutar por un momento una platica con la familia y tratar temas de diferente índole ejemplo: digamos “lo que está haciendo el presidente de Texmelucan” (si queremos hablar diplomáticamente) o si quiera preguntar cómo estuvo el día de todos, pero no con una pregunta sencilla para obtener una respuesta automática de una frase corta, sino interesarse verdaderamente en la vida de los demás, claro respetando toda intimidad, o tal vez a planear actividades para el fin de semana o por lo menos hacer talacha todos juntos en la casa... Nooo, optamos por estar con nuestra nana para que nos ilustre con sus soberbios conocimientos, nos aconseje y también nos distraiga (Yo lo hago, “Dios por que soy inépto”.
Efectivamente la televisión es educativa, nos enseña a ser materialistas, por ella sabemos que los ricos también se drogan y si lo hacemos seremos como ellos, nos dice que el ser feo es lo peor que puede pasar, o el ser pobre, nos muestra distintas formas de violencia, nos impide madurar y aceptarnos tal y como somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes, además resguarda al cerebro de un desgate innecesario.
Es una pared que impide ver la realidad, que impide disfrutar del verdadero significado de la vida pues con la grandiosa gama de imágenes lindas que presenta, nos dejamos llevar fácilmente por una belleza vana. Bueno creo que me estoy yendo a los extremos, me voy, me voy, me voy (no sean cochinotes) pero es enserio, la realidad es que pasamos más tiempo frente a la tele que con nuestra familia, creemos que es más importante saber que pasará en el próximo capítulo de Fuego en la Sangre que salir a visitar a un amigo, además ni caso tiene, si lo visitas te darás cuenta que el también la ve y en vez deponerse a platicar se aplastan en el sillón a ver la bendita novela (suele pasar).
Bueno, nosotros como personas más consientes reflexionemos sobre este asunto, la cosa es más sencilla, el problema consiste en lo que la televisión implica para la vida del chamaquito.
Desafortunadamente para nuestros pequeños niños, la televisión se ha vuelto su niñera, lo peor es que los padres lo permiten, pues en lugar de estar aguantando los gritos, pucheros o berridos de los escuincles, es más fácil prender la televisión y dejar al chamaco que la vea, así el chiquillo la entretiene y deja en paz al atareado padre o madre.
Si señora, señor, entendemos que como cabezas de la familia su obligación es mantenerla, edificarla y por ello requieren de tiempo que no pueden invertir en estar vigilando al infante para que no le pase nada, pero como lo dije anteriormente, su misión es EDIFICARLA, esta palabrita implica varios aspectos, quiere decir fortalecerla, proporcionarle las herramientas su plena adaptación a la vida, estar al tanto del desarrollo de los hijos dentro y fuera de la familia, esto física, social, sexual y psicológicamente, pero para que esto sea posible la relación entre los miembros de la familia debe ser indestructible.Esto es posible, pero en un principio puede ser trabajoso así que es hora de cambiar y para los que todavía no somos padres, vayámonos preparando…
Como bien sabemos (y vemos) esa pequeña cajita compuesta de muchos cablecitos, tarjetas electrónicas y no se que más se ha convertido en un integrante más de nuestras familias, un miembro que no debe faltar puesto que juega un papel muy importante en nuestra rutina, tan prioritario que si fuera humano jugaría dentro del núcleo familiar un rol tan elemental como el de los padres (esto ya no es un supuesto “PIENSA”).
En fin, la televisión es un moderno medio de comunicación que las casas emisoras y el comercio han sabido aprovechar y explotar, lanzando a la venta artículos innecesarios a través anuncios enfocados a llegar al inconsciente humano para decirle que apesta (acuérdate que eres lo que comes) o que tener un auto último modelo te hará estar al alcance de todo, haciendo que tu vida sea menos miserable. Nos muestran programas estúpidos, tan estúpidos que esa misma estupidez nos idiotiza, nos envuelve y nos pierde en un mundo lleno de absurdez y de estereotipos falsos (las novelas por ejemplo) que son el ejemplo a seguir de miles de chamaquitos pubertos.
Dentro de la inmensa lista que conforma el repertorio televisivo incluyendo la transmisión por cable existen programas educativos y culturales pero en comparación con los programas de espectáculo o los llamados reality show que cada vez van para bajo su reating es muy bajo.
Recordemos a “Guía de Padres”, un programita donde un montón de desconocidos daban ejemplos sobre como educar a nuestros retoños, ¿Quiénes se creen para decirnos cómo diablos instruir a nuestros chamacos? Efectivamente nadie tiene derecho a hacerlo pero desafortunadamente no somos capaces de reconocer que como padres tenemos innumerables errores que contradicen y ponen en juego nuestra autoridad (aclaro, soy soltero aún…), el punto es que como grandes ejemplares mexicanos nos fijamos siempre en lo negativo más no en los aspectos positivos que el programa puede llegar a tener siendo que éste trata de concientizar a la sociedad sobre el problema que implica la falta de atención hacia nuestros hijos; sin embargo para todos es preferible sentarse “un buen rato” frente al televisor y observar lo que hacen un montón de inútiles detrás de una cámara.
En fin, el hecho es que estamos tan mal acostumbrados que en lugar de disfrutar por un momento una platica con la familia y tratar temas de diferente índole ejemplo: digamos “lo que está haciendo el presidente de Texmelucan” (si queremos hablar diplomáticamente) o si quiera preguntar cómo estuvo el día de todos, pero no con una pregunta sencilla para obtener una respuesta automática de una frase corta, sino interesarse verdaderamente en la vida de los demás, claro respetando toda intimidad, o tal vez a planear actividades para el fin de semana o por lo menos hacer talacha todos juntos en la casa... Nooo, optamos por estar con nuestra nana para que nos ilustre con sus soberbios conocimientos, nos aconseje y también nos distraiga (Yo lo hago, “Dios por que soy inépto”.
Efectivamente la televisión es educativa, nos enseña a ser materialistas, por ella sabemos que los ricos también se drogan y si lo hacemos seremos como ellos, nos dice que el ser feo es lo peor que puede pasar, o el ser pobre, nos muestra distintas formas de violencia, nos impide madurar y aceptarnos tal y como somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes, además resguarda al cerebro de un desgate innecesario.
Es una pared que impide ver la realidad, que impide disfrutar del verdadero significado de la vida pues con la grandiosa gama de imágenes lindas que presenta, nos dejamos llevar fácilmente por una belleza vana. Bueno creo que me estoy yendo a los extremos, me voy, me voy, me voy (no sean cochinotes) pero es enserio, la realidad es que pasamos más tiempo frente a la tele que con nuestra familia, creemos que es más importante saber que pasará en el próximo capítulo de Fuego en la Sangre que salir a visitar a un amigo, además ni caso tiene, si lo visitas te darás cuenta que el también la ve y en vez deponerse a platicar se aplastan en el sillón a ver la bendita novela (suele pasar).
Bueno, nosotros como personas más consientes reflexionemos sobre este asunto, la cosa es más sencilla, el problema consiste en lo que la televisión implica para la vida del chamaquito.
Desafortunadamente para nuestros pequeños niños, la televisión se ha vuelto su niñera, lo peor es que los padres lo permiten, pues en lugar de estar aguantando los gritos, pucheros o berridos de los escuincles, es más fácil prender la televisión y dejar al chamaco que la vea, así el chiquillo la entretiene y deja en paz al atareado padre o madre.
Si señora, señor, entendemos que como cabezas de la familia su obligación es mantenerla, edificarla y por ello requieren de tiempo que no pueden invertir en estar vigilando al infante para que no le pase nada, pero como lo dije anteriormente, su misión es EDIFICARLA, esta palabrita implica varios aspectos, quiere decir fortalecerla, proporcionarle las herramientas su plena adaptación a la vida, estar al tanto del desarrollo de los hijos dentro y fuera de la familia, esto física, social, sexual y psicológicamente, pero para que esto sea posible la relación entre los miembros de la familia debe ser indestructible.Esto es posible, pero en un principio puede ser trabajoso así que es hora de cambiar y para los que todavía no somos padres, vayámonos preparando…
No hay comentarios:
Publicar un comentario