Cinco años tenía de ir al festival de música más grande (por lo menos que se hace en la ciudad de mexicalpan) llamado Vive Latino. Cinco años seguidos de penurias, de mojadas y no solo de agua… cinco años de escuchar el ruido de las mejores bandas, tanto en spanish como en inglés, cinco años de verme obligado a caerle a los tacos de Villa Melón, aún sabiendo que hace 2 me hicieron daño produciéndome unas ronchotas que me daban harta comezón con el sudor y los repegones que son el pan de cada día en esta clase de convenciones que, por más criticadas que sean por la sociedad y el gobierno, siguen produciéndose gracias a la aceptación de la banda que cada vez se siente más atraída a este tipo de eventos ya que es bestial la diversidad de estilos musicales y bandas que le caen al Vive, desde The Mars Volta, pasando por el ruido metalero de Rata Blanca o Luzbell, hasta reencuentros tan poca madre como el de Los Tres de Chile o los Botellos que a más de uno nos sacaron una que otra lagrimita de cocodrilo.
Y llenos de momentos tan macizos como aquél en que fueron apareciendo en el escenario, uno por uno, Los Tacvbos y con cada canción que se aventaban iban sacando en la banda gritos de euforia… y así puedo llenar hojas y hojas con tantos recuerdos, como el de mi primera vez, En el vive, la otra no tendría mucho que ver, ja! Bueno, pues esa vez ya había quedado con unos cuates y uno de ellos sale a la mera hora con que “dice mi mamá que siempre nel” (no te vuelvo a invitar Mario jeje) y chale, me quedaban tres boletos junto con uno que me había ganado y que le hablo a mi carnal y este le cuenta mi carnala y que me manda un mensaje de “y a mi por qué no manchados” y que se jala también. Y así, todo transcurría de poca madre hasta que descubrimos que ya no había ni agua, ni refrescos ni chelas (¡nooo!) neta que es desesperante pasarte un ratote sin tener si quiera con que humectar los labios y aunque debo admitir que fue un orgasmo ver por primera vez a los de Café Tacuba, también era muy jalado ver como los carritos de los chescos entraban resguardados por su escolta de cinco polis, hasta parecía que era el mismísimo preciso con su guardia mayor jejeje.
Pero este año, como que no sentí la misma euforia de año con año y que conforme se iba acercando el día del vive crecía más y más (sigo hablando de la euforia cochinos) así que decidí hacer de tripas, corazón y bofe y no ir este año, ni porque el primer día estuvieron los tres de chile y yo echado en el sillón me dio lloroso por no estar ahí, ni siquiera pa pasar lista y decir no falté. Ni el segundo día con todo y que contaba con la presentación de la mismísima Maldita Vecindad, Molotov o Dante y Emmanuel (no el de la séptima luna weyes) los antiguos lideres de Illya Kuryaki and The Valderramas. Ni por eso, nomás no me sentí tan motivado como en años anteriores, como que falto el plus que año con año dan las bandas que le caen estando en su mero apogeo como, of corse, Los Tacvbos o como resorte en su momento y con su disco rojo que sonaba con la colaboración del Pato, antiguo machete y que la neta si se la rajaba en el metal.
Yo creo que por eso no fui, aunque igual antes me valia madre todo y me largaba. Solo espero que el próximo año sea como los anteriores y mejor que éste porque me parece que los organizadores se están yendo con la estúpida idea de que lo Indie es un sonido más que un movimiento sin darse cuenta que es solamente música independiente. Así que espero ir el next year, como dicen los gabachos, y pues ya les estaré contando.
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